martes, 26 de mayo de 2009

Tú discriminas, yo discrimino…


Una ola de críticas causaron los desafortunados comentarios de dos conductores de un programa de televisión por cable (Jimena Lindo y Renzo Schuller) sobre la asistencia de la novel actriz ayacuchana Magaly Solier y su colega Norma Martínez al Festival de Cine de Cannes (Francia). “Han ido a vender chompas”, dijo Schuller, con una sonrisa de oreja a oreja. “No, han ido a vender chullos”, le replicó Lindo de lo más relajada.
Estas frases no le cayeron bien a muchos, quienes inmediatamente victimizaron a Solier (ignorando que Martínez también había sido aludida) y calificaron de racistas a los referidos conductores. Reacciones, correctas para algunos y exageradas para otros, que colocan una vez más en el tapete cuán tolerantes somos ante las diferencias (raciales, sociales, de género, culturales, etc.). Es fácil indignarse con esos jóvenes conductores que mostraron al aire, a miles de personas, su manera de ver la realidad, pero ¿qué ocurre con aquellos que discriminan a diario, en su trabajo, en la calle y hasta en su casa? ¿Estamos nosotros mismos fuera de este grupo de personas? Rara vez decimos estar de acuerdo con el racismo y la exclusión; sin embargo, en algún momento todos hemos discriminado y nos han discriminado también. Creo que es hora de mirar más a profundidad un problema que nos afecta todos, en lugar de apuntar con el dedo acusador.
Aprovecho este tema para mostrar un informe que hice en setiembre del 2008 sobre la discriminación racial en el distrito limeño de Miraflores. Una práctica tan fuerte que el Municipio tuvo que emitir una ordenanza que sancionaba a los locales comerciales (bares, discotecas, restaurantes, etc.) que no permitían el ingreso a sus instalaciones a personas que no cumplían los “estándares” de su clientela, en pocas palabras que no tenían rasgos caucásicos (piel blanca).

Ordenanza busca acabar con prácticas racistas en locales de diversión



Las prácticas discriminatorias en algunos locales de diversión miraflorinos están con los días contados luego que la Municipalidad del distrito emitiera la ordenanza N° 294.
Miraflores es un distrito de intensa actividad comercial, cuyo flujo de visitantes nacionales y extranjeros lo hacen atractivo para las inversiones en diversos servicios. Los negocios de diversión han proliferado en sus calles y avenidas, lamentablemente, las prácticas discriminatorias también.


Quién no recuerda el caso de los cuatro jóvenes de San Juan de Lurigancho que fueron confundidos con ladrones, mientras paseaban por el centro comercial Larcomar y solo porque no se parecían al vecino “promedio” de esa zona “pituca”. O el de la discoteca del Café del Mar, que luego de sanciones reiteradas por prácticas de discriminación racial, fue cerrada de forma definitiva. Esos son solo dos ejemplos, pero hay muchos más que no salen a la luz, ya sea por la vergüenza que sienten los afectados a ser expuestos o porque el trámite para denunciar es costoso y tedioso.

Es por ello que la Municipalidad de Miraflores, siguiendo el ejemplo, en Lima, de Magdalena del Mar y San Miguel, emitió el último viernes la ordenanza N° 294 que sanciona las prácticas de discriminación en los locales comerciales y de diversión.
El abogado Wilfredo Ardito Vega, de la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH), explica que antes de la aplicación de estas ordenanzas, las personas discriminadas solo podían hacer la denuncia a través del INDECOPI, previo pago de una cantidad determinada de dinero. Ahora, en el municipio, el trámite es gratuito.
Para este fin, la comuna instaló la Defensoría del Vecino, un ente encargado de recibir las denuncias y canalizarlas para que se realicen las inspecciones a los locales comprometidos en actos de discriminación.
Si bien las quejas y denuncias por racismo en dicho distrito no son recientes, la abogada Milly Paredes, asesora legal de la Municipalidad de Miraflores, confiesa que antes de la ordenanza, dicha comuna no tenía un registro adecuado de las denuncias que periódicamente les llegaban. Sin embargo, aseguró que ello va a cambiar a partir de esta medida.
Asimismo, destaca que esta ordenanza obliga a que los locales comerciales coloquen carteles donde se destaquen frases como: “En este local está prohibida la discriminación”, los cuales reemplazarán aquellos que decían: “Buena presencia” o “Se reserva el derecho de admisión”.
El conjunto de medidas, incluyen charlas sobre discriminación, que en una primera fase estarán dirigidas a los empleados municipales que tienen contacto directo con el público y a los miembros de serenazgo. En una segunda etapa se incluirá a los dueños de los locales comerciales.



Discriminación, también en las provincias
“En otros países, el problema de la discriminación se llama xenofobia, que es el rechazo a los extranjeros, en el Perú más que xenofobia nuestro problema es el rechazo a los autóctonos, a los propios peruanos”, sostiene Wilfredo Ardito, al revelar que las prácticas de discriminación son más fuertes en las provincias.
La discriminación racial en el interior del país se evidencia en el trato que se les da a los turistas extranjeros, muy por encima del que se les da a los nacionales. Ello originó que algunos distritos de Arequipa, Ayacucho, Apurímac, Junín, Lambayeque y Piura emitieran, mucho antes que Miraflores, ordenanzas que regulen estas prácticas negativas.
Pese al avance logrado en la lucha contra la discriminación en algunas zonas del país, en otras, como en el Cusco, la discriminación es escandalosa. Casos como el maltrato a los turistas que no son blancos o que no hablan inglés, son el pan de cada día en esa región.
“Es urgente que la Municipalidad del Cusco emita una ordenanza de esta naturaleza y la haga cumplir, porque ahí la discriminación es mucho más visible. Hay algunos locales donde ningún cusqueño puede entrar, lugares donde ningún peruano puede entrar, inclusive el menú esta inglés y todas las indicaciones están en inglés. Esa es una forma de decir: ‘Si tú no eres anglosajón, ni entres’”, manifestó el abogado de APRODEH.



El Estado tiene trabajo que hacer
Como hemos visto, la mayoría de las iniciativas contra la discriminación se dan a través de los gobiernos locales, sin embargo, hay un trabajo pendiente por parte de las máximas instancias del Estado.
Si bien existen normas que sancionan la discriminación en la Constitución y el Código Penal, poco se ha hecho a nivel de políticas públicas. Incluso, a decir de Ardito, el actual Gobierno ha tenido un discurso despectivo frente a las comunidades campesinas y nativas. Un ejemplo de ellos es la dación de decretos sobre la propiedad de las tierras comunales, sin tomarse la molestia de consultar a los propios comuneros.
El especialista de APRODEH indica que hay muchas formas en las que el Estado puede hacer frente a la discriminación tan arraigada en nuestra cultura.
Una es en la Educación. “El Estado puede intervenir a través de incorporar en el material escolar lo referente a la discriminación”, dice al tiempo de recordar que en muchos textos escolares se muestran dibujos de adultos y niños blancos, que no reflejan la realidad del país.
Asimismo, comentó que se debería regular la publicidad en el canal del Estado y no aceptar a anunciantes que muestran en sus comerciales gente de rasgos caucásicos.



La difusión es importante
La ordenanza municipal de Miraflores es positiva por donde se la mire y es uno de los primeros pasos para luchar contra una práctica de larga data en nuestro país. Sin embrago, como lo señala Wilfredo Ardito, de nada sirve esta medida si los ciudadanos no la conocen y no la utilizan. “Es como una medicina, que si la tengo en el botiquín y no la uso, no hará efecto”, precisa.
La consiga es no tener una actitud pasiva cuando vulneren nuestros derechos, debemos hacer a un lado los prejuicios y la vergüenza para señalar a quienes están equivocados. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad más moderna y lograr un cambio real.



¿Cómo denunciar una discriminación en Miraflores?
El afectado puede acudir a la Municipalidad de Miraflores y denunciar en la Defensoría del Vecino, también puede llamar al: 6177272 o escribir al correo electrónico: defensoria@miraflores.gob.pe

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