jueves, 9 de julio de 2009

El infierno de los nativos achuar

El último 5 de julio se cumplió un mes de la masacre en Bagua, que le costó la vida a 23 policías y 10 nativos (Dato: Defensoría del Pueblo). Una tragedia que enlutó a todos los peruanos y que puso en relieve la problemática de las comunidades nativas, por tantos años olvidadas. Se empezó a hablar de sus derechos, de la indiferencia del Estado a sus necesidades y así, la agenda nacional parecía dispuesta a tomar en serio a nuestros hermanos de la Selva. Sin embargo, el tiempo, ayudado por la "abenciamanía", volvió a distraer la atención nacional. Debo confesar con vergüenza que yo también me estaba convirtiéndo en una amnésica más, pero ver el llanto desesperado de un anciano de la etnia Achuar me devolvió a la realidad de las comunidades nativas, víctimas de la extracción petrolera que las envenena lentamente.

En el documental "Muerte en Sion" (2003) se ve claramente la contaminación de la cuenca del río Corrientes (Loreto), desde que el petróleo, ubicado debajo de territorio Achuar, empezó a ser explotado. Primero, por la empresa Occidental Petroleum y luego por la compañía argentina Plus Petrol, las cuales han ido destruyendo el bosque y convirtiendo en un infierno la vida de los achuares.

Víctimas de enfermedades por bañarse y beber agua con residuos de petróleo, su dolor se ve reflejado en un anciano que llora impotente al recordar lo simple que era vivir antes en el bosque y que hoy solo se resigna a ver morir todo lo que le rodea.


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