sábado, 13 de julio de 2013

Mi añorado pasatiempo


Escribir para mí era como respirar. Aprendí a los 4 años y no paré desde entonces. Sobre papel, tela o pared, siempre había un momento para plasmar mis más profundos temores, reflexiones o simplemente datos que no quisiera olvidar.

Dicen que el papel lo aguanta todo y creo que yo abusé. Por muchos años fueron los lápices mongol N°2, con su olor a carboncillo, los que me hacían adicta a escrituras interminables, luego la máquina de escribir de papá con su “tac”, “tac”; donde, tras varias uñas rotas, aprendí a teclear de corrido. Finalmente, mi laptop roja, como las manzanas de caramelo, se convirtió en mi compañera de llantos y frustraciones. Yo no escribo para buscar algún reconocimiento, lo hago porque me reconforta y ayuda organizar mis pensamientos, más que un pasatiempo, es una terapia.

No sé en qué momento lo dejé, ya ni siquiera el papel, tela o pared, me atraían como antes. Mi laptop color carmesí se veía sola y sombría bajo una capa de polvo y ni aún así me nacía el deseo de volver a escribir.


He buscado una explicación para mi apatía y aunque se me vienen a la cabeza un par de razones, prefiero pensar en las nuevas motivaciones que tengo para volver a desarrollar mi pasatiempo favorito. Una de ellas, son las buenas experiencias que estoy viviendo con una persona que me ha hecho comprender la escritura a un nivel artístico y que con su amor y entrega me ha enseñado a ver la vida con pasión.

Hoy, mi vieja laptop ha vuelto a la vida ya aunque ya no es tan veloz, volverá a esconder mis más profundos pensamientos.

2 comentarios:

  1. ¿Cuáles son esas razones que te alejaron de escribir? Si es algo que hacías constantemente, es una exploción liberadora que no debiste dejar. Todo depende de ti, pero que gusto que regreses a hacer algo que tanto te apasionaba.

    Felicitaciones y qué bueno que haya un motivo o alguien para que regrese tu pasión. Es algo que no se debe dejar ni olvidar nunca.

    Espero sigas sorprendiendo a tus lectores :)

    ResponderBorrar
  2. Gracias por la buena vibra. Creo que dejé de hacer lo que me gusta, porque me dejé atrapar por la rutina y las obligaciones.

    ResponderBorrar